Autora: Sofía Martínez Cerezo
Alumna de CEIPSO Santo Ángel de la Guarda (Chapinería)
Emociones que encontrarás en este cuento: tristeza, alegría
¡Hola! Me llamo Eleanor, y soy piloto de avioneta. ¿Quieres saber cómo me fasciné por las avionetas? ¡Pues os contaré la historia! Todo empezó cuando tenía 11 años…
Mamá—dije. ¡MAMÁ!—volví a repetir. ¡¡¡¡MAMÁ!!!!—repetí ya enfadada. Esperé un segundito…
—¿Qué quieres desayunar?— me preguntó.
—¿Cómo has sabido que te iba a preguntar eso?
—’Soy madre’-respondió mientras estaba pensando: ¿En serio, mamá? —Bueno… algo sencillito… ¡tostada con aceite!
—¡Vale! Y ven rápido que llegas tarde al cole.
—¡OK!, respondí.
(¡Empezaba el cole! No era nueva, pero estaba emocionada. ¡Empezaba en 5º de primaria! No tengo amigos, pero soy muy lista).
Volviendo a la historia, no tuve tiempo de desayunar, así que me comí mi delicioso pan con aceite. De camino me topé con mi amiga Nora, es mi mejor y única amiga… imaginaria… Nora lleva conmigo desde 2º. Llevo con ella 3 años (ya que voy a 5º).
—Hola Nora…—dije muy bajito. Normalmente la gente se ríe de que tenga amigos/as imaginarios… pero seguro que tú me entiendes 🙂
Después de clase, llegué a casa muy cansada y me puse a estudiar para el examen de matemáticas. De repente, me llamó mi padre desde la cocina.
—¡Eleanor!—dijo. ¡Baja a la cocina!—siguió diciendo.
—¡Ya voy!—le grité. Bajé y me senté en el sofá (la cocina y el salón están unidos).
—A ver…—me empezó a decir. Quiero que entiendas lo que te voy a decir… Yo ya me puse muy nerviosa, me asusté.
—Nos… nos mudamos.
—¡QUÉ! ¿POR QUÉ?—comencé a gritar cabreada.
—No… no me lo puedo creer.
—Me han dado un nuevo trabajo, es en Villaviciosa (yo vivía en Madrid). Tu madre y yo estamos de acuerdo—continuó.
Me quedé en “shock”. Continuamos hablando y me contó TODO, exactamente, específico. También me dijo que nos íbamos en ¡UNA SEMANA! (Mi vida está arruinada del todo). Ha pasado todo tan rápido. No sabía ya ni que quería hacer… Mañana nos vamos… (OMG). Estuvimos haciendo las maletas ¡AH SÍ! ¡Qué hay una buena noticia! Nora ha hablado con “sus padres” y se puede venir a Villaviciosa. Ella “vive al lado de mi casa”… Hoy es el día, hoy es el día de la mudanza. Fuimos a casa de mis abuelos, que se ofrecieron a ayudar. Llegamos y mientras mis abuelos ayudaban, me fui a la buhardilla para ver si había algo que me entretenga.
De repente, ví una especie de cofre. Me acerqué a ese “cofre” e intenté abrirlo… SE ABRIÓ. No os vais a imaginar que había dentro… ¡Eran fotos! Pero no fotos normales, no, no, no, no, sino fotos del ‘abu’ de joven ¡con una avioneta! Hay fotos de él al lado de su avioneta, conduciendo su avioneta, …Ahí lo supe, supe mi nueva AFICIÓN.
Bajé las escaleras y le enseñé las fotos a mamá.
—¡Mamá! ¡Mamá! Mira esto-le dije mientras le enseñaba las fotos.
—¡Ah! ¡Sí! Tu abuela me dijo que el abu conducía avionetas cuando era joven. Pero después de su jubilación tuvo una horrible enfermedad y, y…- se cortó de repente.
[¡Ah! ¡No os lo he contado! Es que el abu, desde que nació, ha tenido una enfermedad que no le ha permitido andar, hablar y casi no se mueve…]
También había unas gafas de piloto (y me las he puesto en el momento). Después de eso, se me olvidó que me mudaba y cuando lo recordé, no me importaba. ¡Pensaba positivo, pensaba en que puede que haga amigos/as o que entiendan lo de Nora!
No, para nada. Para nada entendían lo de Nora; se reían y llevo ya semanas y no tengo amigos o amigas… Literalmente se burlaban de mí, me tratan como “la típica nueva y pringada de las películas”. Y aún no se lo he dicho ni a papá ni a mamá. No quiero que se preocupen o estén tristes (y no quiero que me monten un lío en el cole).
Por fin ya es viernes y mañana no tengo que aguantar el mote ese de “pringada”. ¿Y qué hacen los profes? ¡NADA!
En el antiguo cole no tenía amigos, pero en este: No tengo amigos, me pegan, me hablan muy mal (es mucho peor el cambio). También dicen que las avionetas son estúpidas…
Cuando llegué a casa, comí y me puse a leer (me encanta leer).
—¿Qué tal el cole? ¿Qué has hecho?—me preguntó mi madre.
—Nada especial, le contesté.
—Ah vale…
Nos quedamos en absoluto silencio.
—¿Puedo ir al patio a jugar con Nora?-le pregunté.
—Sí, por supuesto.
—¡Gracias mamá!, le dije, mientras le daba un beso.
Salí y empecé a jugar con Nora. ¿Por qué el tiempo pasa tan rápido? ¡Ya es lunes! Bueno, si no pasaría más tiempo en el cole con los insultos… Bueno, ¡al grano! Que hoy en el cole me he estado fijando en algo… Creo que hay otro “pringado” en el cole.
Tenía mucho miedo, pero me atreví, me atreví a preguntarle… (al chico que parecía otro “pringado”).
—Hola, me, me… (¡¿por qué me he cortado?!)
—¿Cómo te llamas?-pregunté nerviosa.
—Hola, me llamo En, de Enzo…, me respondió.
—¿Cómo te llamas?
—Me llamo Ele, de Eleanor—le dije mientras guiñaba el ojo. ¡Lo hice solo porque parecía majo y quería parecer graciosa!
—Ja, ja, ja—se río. ¿Quieres ser mi amiga? No tengo muchos amigos que digamos.
—¡SÍ! Eh, digo…Vale, no veo por qué no.
—¡Perfecto! Y… esto… tengo, tengo… ¡Un amigo imaginario! Seguro que te parece una tontería, eh, ya, ya me voy…
—¡Espera! Te entiendo, yo también tengo una amiga imaginaria, se llama Nora. ¿Y el yuyo? (todo va bien).
—Oli, de Oliver.
—¡Jajaja!—nos reímos los dos a la vez.
ENZO:
—¡Eh tú!—escuché detrás de mí. Me di la vuelta, aunque no debería haberlo hecho. ¡El PRINGADO ese! ¡Este cole no es para personas tan pringadas como tú!—se empezaron a reír todos a coro.
Me alejé corriendo y por suerte, les perdí de vista. De repente, vi a una niña de más o menos mi edad acercándose a mi…
ELEANOR:
Cuando llegué a casa, le pedí a mamá si podía ir a casa de Enzo. Y le expliqué lo de Enzo. —¿Dónde vive Enzo?
—En la casa de enfrente, pero un poco más a la derecha.
—Sí, claro…-me respondió.
Fui y jugué con Enzo, Nora y Oli. Y ahora sé que algo malo, tiene algo bueno, y algo bueno tiene algo malo (dibujo Yin Yang). ¿Qué os ha parecido mi infancia? ¿Sabéis quién es mi ‘super compañero’ de avioneta? ¡ENZO! Bueno, ¡adiós!